El Duelo y la Meditación

La Meditación y el Reiki para Sanar Emociones

Permíteme compartir contigo una faceta crucial de mi viaje espiritual y meditativo. Todo comenzó con un ataque de pánico desencadenado por el mal manejo del duelo tras la temprana y dolorosa pérdida de mi madre. Aquel episodio marcó un punto de inflexión en mi vida, llevándome por un camino de autodescubrimiento y transformación.

En aquellos días, carecía de las herramientas que ahora tengo a mi disposición. Mi única estrategia consistía en suprimir y distraerme, un enfoque que cualquier psicólogo sabría que es contraproducente al enfrentar el duelo. Sin embargo, a mis 28 años, ¿qué otra alternativa tenía?

Casi dos décadas transcurrieron desde la partida de mi madre hasta que, un día, recibí la devastadora noticia del fallecimiento de mi hermana. A sus 38 años y sin problemas de salud previos, simplemente no despertó debido a un infarto súbito. El dolor que experimenté fue profundo, pero esta vez estaba mejor preparado. Había acumulado herramientas meditativas y budistas a lo largo de los años.

La meditación, que se había convertido en un pilar fundamental en mi vida, me brindó una nueva perspectiva para enfrentar el duelo. Aunque no pretendo que el dolor no se sintiera, aprendí a manejarlo de manera diferente. La meditación me enseñó la impermanencia de las emociones y cómo vivirlas plenamente. Sentí el dolor sin dramatización excesiva, sin buscar culpables ni compararme con otros. Me permití estar abierto a él, consciente de que, a pesar de su intensidad aparentemente interminable, eventualmente cedería. Esta confianza en la transitoriedad del dolor me permitió experimentar plenamente, sin reprimir ni exagerar.

Desde mi experiencia personal, insto encarecidamente a todos a explorar esta temática. En algún momento de nuestras vidas, todos enfrentaremos pérdidas y duelos. Participar en prácticas meditativas y budistas no solo beneficia nuestra salud emocional y mental, sino que también nos ayuda a modular nuestras respuestas emocionales.

Esta es solo una parte de mi historia. El camino ha sido de autodescubrimiento, aceptación y crecimiento interior. Mi objetivo es abrir un centro de meditación y una comunidad budista próspera en Madrid, para brindar a otros las herramientas que me han ayudado a abrazar el dolor, aprender de él y encontrar la paz en medio de las adversidades.

Sigamos…